11.11.2017

Día 2

Es patético como nos autoengañamos,  repetimos una y otra vez que no nos importa lo que nos duele, como si así nadie pudiera darse cuenta de nuestras carencias. No queremos ser descubiertos, a nadie le gusta sentirse desnudo en la multitud, ir con las defensas bajas.
Empiezo a darme permiso de ser vulnerable de vez en cuando, a andar con el corazón en bragas uno que otro día...
Te extraño, me faltas, me revienta en la cara haber estado enojada contigo tanto tiempo, odio todas las visitas que no te hice, las llamadas forzadas, todos nuestros desacuerdos.
Repito como mantra que no me arrepiento de nada, pero si, si me arrepiento. Pude ser más paciente, más tolerante... Menos yo contigo...