6.23.2021

De el hombre y la sociedad

...lo mismo que le basta una hoja a un botánico para reconocer toda la planta, lo mismo que un solo hueso bastaba a Cuvier para reconstruir todo el animal, así una sola acción característica por parte de un hombre puede permitir llegar al conocimiento exacto de su carácter, y por consiguiente, reconstituirlo en cierta medida, aun cuando se trata de una cosa insignificante. Cuanto más fútil sea la cosa, mejor, porque en los asuntos importantes los hombres están en guardia, mientras que, por el contrario, en las cosas pequeñas siguen su natural instinto, sin pensar mucho en ello.

Si alguien, a propósito de una fruslería, manifiesta por su conducta absolutamente egoísta y desconsiderada para con otro que el sentimiento de la justicia es extraño a su corazón, guárdese de confiarle un céntimo sin tomar las precauciones suficientes.

Según el mismo principio, hay que romper inmediatamente con esas personas que se llaman buenos amigos, cuando hasta en las menores cosas revelan un carácter malo, falso o vulgar, con el fin de precaveros de ese modo de las malas partidas que podrían jugaros en asuntos importantes...