6.04.2018

Serenidad

Sí, estoy seguro de ser más feliz ahora que cuando era joven. Ya que, cuando era joven, yo trataba de ser desdichado; por razones estéticas, por razones dramáticas: yo quería ser el príncipe Hamlet, o Raskolnikov o Byron, o Edgar Allan Poe, o Baudelaire… y ahora no.

Ahora me resigno a ser quien soy y, en suma, no se si he llegado a la felicidad -nadie llega a la felicidad-, pero he llegado, a veces, a cierta serenidad, y eso ya es mucho.

Además, buscar la serenidad me parece una ambición más razonable que buscar la felicidad. Y quizá, la serenidad sea una forma de felicidad. Y ahora, bueno, me he resignado a la vida, me he resignado a la ceguera: he acabado por resignarme a la longevidad, que es otro mal. Pero, creo que no pasa un día de mi vida en que no haya algún espacio de tiempo sereno; lo cual ya es mucho.