5.08.2013

La fuente de sangre


Creo sentir, a veces que mi sangre en torrentes
huye de mi, en sollozos, como una fuente.
Oigo perfectamente su lamento penoso,
pero en vano me palpo para encontrar la herida.

Corre como si fuera regando un descampado,
y en curiosos islotes convierte el empedrado,
apagando la sed que hay en toda criatura
y bañando de rojo la palidez de Natura.


A menudo, también del vino he demandado
que aplaque por un día mi terror. ¡Pero el vino
torna el mirar más claro y el oído más fino!

Tampoco en el amor el olvido he encontrado:
ha sido para mí un lecho de alfileres,
hecho para saciar la sed de las mujeres.